81.- (ES) Organizada una jornada de reflexión sobre el Sínodo de los Obispos por la Federación Española del CPM, movimiento de matrimonios católicos.-

 Enfocable para otros movimientos cristianos (Espacio Laical Común y Diversificado)

Ahora nosotros una jornada en el CPM en el movimiento CPM del matrimonio católico de la Iglesia en España:

Valencia, Tarragona, Barcelona, Tarrassa, sant Feliu, Zaragoza, Santander, Castellón, Lleida, abiertos a la Iglesia en España






Han participado 22 personas, 10 matrimonios y dos sacerdotes.

Tareas de la jornada:

Pregaria inicial

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Amén. 

INTRODUCCIÓN: 

El sínodo, camino de discernimiento espiritual, de discernimiento eclesial, que se realiza en la adoración, en la oración, en contacto con la Palabra de Dios.... La Palabra nos abre al discernimiento y lo ilumina, orienta el Sínodo para que no sea una “convención” eclesial, una conferencia de estudios o un congreso político, para que no sea un parlamento, sino un acontecimiento de gracia, un proceso de sanación guiado por el Espíritu. 

PLEGARIA DIOS ES AMOR: 

"El amor es el que ora, el amor es el que busca, el amor es el que llama, el amor es el que encuentra, el amor es el que permanece". Haciendo nuestras estas palabras de San Agustín caminamos juntos como Iglesia contemplativa con un solo corazón y una sola alma en Dios, para comunicar la alegría del Evangelio. María Madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amén. Del evangelio de san Juan. Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: « ¡La paz esté con ustedes!» Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: « ¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes.» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan.» Palabra del Señor. 

HOMILÍA. 

SILENCIO MEDITATIVO. 

PLEGARIAS.-

Cristo, nos envía el Espíritu Santo para que nos ayude en nuestras necesidades. 

 Vamos a presentar al Padre nuestras peticiones con la seguridad que da el sabernos amados por Él. 

Por la Iglesia. Para que caminemos como compañeros, uno al lado del otro en el mismo camino. 

 Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Por oídos que escuchan. Para que nuestros corazones y mentes estén abiertos a escuchar a los demás sin prejuicios. 

 Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Por el don de la palabra. Para que en este camino del Sínodo nos animemos a hablar con valentía y parresia, integrando la libertad, la verdad y el amor. 

Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Por una Iglesia que celebra. Para que nuestro camino juntos en los próximos meses se base en la escucha conjunta de la Palabra de Dios y en la celebración de la Eucaristía en la comunión del Pueblo de Dios. 

 Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Por nuestra participación como miembros del CPM en la Misión de Cristo. Para que a través de nuestro camino Sinodal juntos, crezcamos en nuestra responsabilidad compartida de la misión que se nos ha confiado. 

 Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Por un verdadero diálogo en la Iglesia y en la sociedad. Para que, por un camino de perseverancia, paciencia y comprensión mutua, estemos atentos a la experiencia de las personas y de los pueblos. 

 Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Por la unidad de los cristianos. Para que el diálogo entre cristianos de distintas confesiones, unidos por un mismo Bautismo, irradie con nuevo brillo en este camino Sinodal. 

 Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Para que nuestra jornada de hoy de reflexión y de discernimiento sea guiada por el Espíritu Santo. Que todas las decisiones tomadas en este camino Sinodal que empezamos hoy como movimiento CPM sean alcanzadas por un consenso que surja de nuestra obediencia común al Espíritu Santo. 

 Oremos al Señor. 

R.- Envíanos Señor tu Espíritu. 

Padre, en este nuevo Pentecostés te pedimos que dejes caer la fuerza del Espíritu Santo sobre todos los hombres de la tierra, atiendas todas sus súplicas y nos des fuerzas para caminar hacia la casa del Padre. 

Por Jesucristo nuestro Señor 

Amen. 

RECEMOS TODOS JUNTOS LA ORACIÓN DEL SÍNODO: 

ADSUMUS SANCTE SPIRITUS 

Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre. Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones. Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta. Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras. No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos. Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por perjuicios y falsas consideraciones. Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia, sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna. Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén


JORNADA SINODAL DEL CPM 

 5 Marzo 2022 

10:00 h Reflexión, escucha, dialogo y discernimiento 

Una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, “caminar juntos”. 

¿Cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en el CPM?

 ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos” como Iglesia Sinodal?

 INTRODUCCIÓN A LA JORNADA

 El Papa Francisco invita a toda la Iglesia a reflexionar, escuchar y discernir sobre un tema decisivo para su vida y su misión: “Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”, por el Concilio Vaticano II, este camino común es, a la vez, un don y una tarea. Al reflexionar juntos sobre el camino recorrido hasta ahora, los distintos miembros de la Iglesia podrán aprender de las experiencias y perspectivas de los demás, guiados por el Espíritu Santo. Si la escucha es el método del Proceso Sinodal, el discernimiento es el objetivo, y la participación es el camino. 

POR QUÉ ESTE PROCESO SINODAL AHORA

Por el contexto social de cambio constante y rápido difícil de asimilar y la incertidumbre en la que vivimos. 

 - Porque la pandemia ha despertado la conciencia que vamos en la misma barca. Nadie se salva solo, nos salvamos si vamos juntos (FT 32). 

 - Por las desigualdades, injusticias, la trágica condición que viven los emigrantes en todas las regiones del mundo. 

 - Por la falta de fe, corrupción, abusos de poder en el pueblo de Dios y en la propia Iglesia. 

 - Por el predominio de una mentalidad secularizada que tiende a expulsar la religión del espacio público y a la vez existe un integrismo religioso que no respeta la libertad de los demás, alimentando intolerancias y violencia que se reflejan también en la comunidad cristiana y en sus relaciones con la Sociedad.

- A pesar de nuestras infidelidades, el Espíritu continúa actuando en la historia y mostrando su potencia vivificante.

- A pesar de nuestras infidelidades, el Espíritu continúa actuando en la historia y mostrando su potencia vivificante. 

PARA QUÉ FINALIDAD 

 Dentro de este contexto, la sinodalidad representa el camino a través del cual la Iglesia puede renovarse por la acción del Espíritu Santo, escuchando juntos lo que Dios tiene que decir a su pueblo. Iluminados por la Palabra de Dios y unidos en la oración, podremos discernir los procesos para buscar la voluntad de Dios y seguir los caminos a los que Dios nos llama, hacia una comunión más profunda, una participación más plena y una mayor apertura para cumplir nuestra misión en el mundo. Para que este camino recorrido juntos, no sólo nos una más profundamente los unos a los otros como Pueblo de Dios, sino que también nos envía a llevar adelante nuestra misión como testimonio que abarca a toda la familia humana. “Cada bautizado debe sentirse comprometido en el cambio eclesial y social que tanto necesitamos. Este cambio exige una conversión personal y comunitaria que nos haga ver las cosas como las ve el Señor”. Este proceso nos tiene de hacer soñar con la Iglesia que estamos llamados a ser, hacer florecer las esperanzas de la gente, estimular la confianza, vendar las heridas, tejer relaciones nuevas y más profundas, aprender unos de otros, construir puentes, iluminar las mentes, calentar los corazones y vigorizar nuestras manos para nuestra misión común (DP, 32) 

 ACTITUDES 

 El Papa Francisco ha compartido su visión sobre cómo se expresa concretamente la práctica de la sinodalidad, mostrando que actitudes particulares permiten una escucha y un diálogo auténticos: 

 • Dedicar tiempo para compartir. Todos pueden crecer en comprensión, a través del diálogo. 

 • La humildad en la escucha debe corresponder a la valentía en el hablar: Todos tienen derecho a ser escuchados, así como todos tienen derecho a hablar. El diálogo sinodal depende de la valentía tanto al hablar como al escuchar. 

 • Que expresen libre y honestamente sus opiniones. Cada uno escucha al otro por amor, en un espíritu de comunión y de misión común. Así, la fuerza del Espíritu Santo se manifiesta de múltiples maneras en todo el Pueblo de Dios y a través de este. 

 • Combatir el virus de la autosuficiencia: Todos estamos en el mismo barco. Juntos formamos el Cuerpo de Cristo. Dejando a un lado el espejismo de la autosuficiencia, podemos aprender unos de otros, caminar juntos y estar al servicio de los demás. Podemos construir puentes más allá de los muros que a veces amenazan con separarnos: edad, género, riqueza, habilidades diferentes, distintos niveles de educación, etc. 

• Deja atrás los prejuicios y los estereotipos: Podemos estar agobiados por nuestras debilidades y nuestra tendencia al pecado. El primer paso para escuchar es liberar nuestra mente y nuestro corazón. 

• Superar las ideologías: Hay que evitar el riesgo de dar más importancia a las ideas que a la realidad de la vida de fe que viven las personas de forma concreta. 

• Hacer que lo que es justo y verdadero no esté destinado a llamar la atención o a aparecer en los titulares, sino que tiene como objetivo ser fiel a Dios y servir a su Pueblo. Estamos llamados a ser faros de esperanza, no profetas de desventuras.

• Desarrollar nuevos enfoques con una mente abierta, que aprecie la riqueza en la variedad, escuche a unos y a otros sin olvidar ninguno. 

 TRAMPAS 

 Como en cualquier viaje, debemos ser conscientes de los posibles escollos que podrían obstaculizar: 

1) La tentación de querer dirigirnos a nosotros mismos en lugar de ser dirigidos por Dios. La sinodalidad es un proceso espiritual guiado por el Espíritu Santo. Somos peregrinos y servidores en el camino que Dios nos ha marcado. Somos arcilla en manos del Alfarero divino (Is 64,8). 

2) La tentación de ver sólo “problemas”, dificultades y adversidades en nuestras preocupaciones en lugar de concentrarnos y apreciar dónde el Espíritu Santo está generando vida y dejar que Dios actúe más plenamente. Pensando a largo plazo con interrogantes: ¿Cuál es el plan de Dios para la Iglesia aquí y ahora? ¿Cómo podemos poner en práctica el sueño de Dios? 

3)La tentación de centrarse sólo en las estructuras y organización de la Iglesia. Cuando la experiencia de la sinodalidad debe fijar la atención más en el caminar juntos para discernir el camino a seguir, inspirados por el Espíritu Santo. 

4) La tentación de no mirar más allá de los confines de la Iglesia en lugar de comprender que el Evangelio en nuestras vidas actúa como levadura en el mundo en el que vivimos y trabajamos. Es una oportunidad para dialogar con personas del mundo de la economía, ciencia, política, cultura, artes, deporte, medios de comunicación ... y un momento para reflexionar sobre temáticas como la ecología, la paz, los problemas de la vida, la migración, ecumenismo. 

5)La tentación de perder de vista los objetivos del Proceso Sinodal. A medida que avanzamos en el camino del Sínodo, debemos tender a discernir cómo nos llama Dios a caminar juntos con una actitud y un enfoque de corresponsabilidad y apertura, para acoger juntos los frutos de Dios a lo largo del tiempo. 

6)La tentación del conflicto y la división. “Que todos sean uno” (Jn 17,21). Las semillas de la división no dan fruto. Es vano tratar de imponer las propias ideas a todo el Cuerpo mediante la presión o el descrédito de los que piensan diferente. 

7)La tentación de tratar el Sínodo como una especie de parlamento. No es un debate democrático, donde para gobernar una parte, debe ganarle a la otra. Es contrario al espíritu de la sinodalidad enemistarse con los demás o favorecer conflictos divisorios, que amenazan la unidad y la comunión de la Iglesia. 

8)La tentación de escuchar sólo a los que ya participan en las actividades de la Iglesia. Este enfoque puede ser más fácil de manejar, pero termina ignorando una parte significativa del Pueblo de Dios, se debe dialogar y escuchar la voz de los excluidos. Reflexión, escucha y discernimiento sobre Una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, “caminar juntos”. ¿Cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en el CPM? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos” como Iglesia Sinodal?

AVALUACION 

 ¿Cómo ha ido la experiencia? 

 ¿Qué es lo más significativo o lo que subrayarías?

¿Cuáles fueron los altibajos, dificultades? 

¿Qué cosas nuevas han surgido? 

¿Cómo estuvo Dios presente y actuando a lo largo de la reflexión?

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